Precioso pueblo situado en el extremo más meridional de la Península Ibérica.

Tiene una gran historia, como la famosa escena de Guzmán El Bueno arrojando su puñal para que asesinaran a su hijo, antes que entregar la plaza a los nazaríes. De ahí debe su nombre el Castillo.

También destacan su Iglesia de San Francisco de Asís y sus murallas medievales, aunque nuestro consejo es que os perdáis por su caso histórico.

Es digno de visita también la Isla de las Palomas donde desde su Punta Marroquí se marca la menor distancia de 14 kms. entre los continentes africano y europeo.