Está entre Zahara y Tarifa, realmente una zona privilegiada para playas.
Se caracteriza por tener en un lateral una duna gigantesca que termina en unos pinares. Es obligado pero no tarea fácil, subir a lo alto y contemplar la toda la playa en su máximo esplendor.
Otra característica inconfundible son sus ruinas romanas de Baelo Claudia que dominan toda la playa (lo comentaré en la sección otras actividades).
Justo al pie de las ruinas romanas y con vistas a la playa hay una serie de restaurantes (ver sección gastronomía de Tarifa).
Justo al otro extremo también hay chiringuitos y restaurantes.
Las aguas como siempre muy cristalinas y fresquitas.
Esta playa a pesar de la lejanía merece totalmente una visita, ahora bien, en temporada alta hay que madrugar para evitar los atascos de acceso.